Venimos de mundos y generaciones distintas, de la empresa y la alta dirección, la consultoría y la academia. Nos une la pasión y compromiso por potenciar cambios que generen impacto positivo a gran escala, navegar los desafíos del siglo XXI y co-crear juntos mejores futuros posibles.
Las estrategias suelen fracasar cuando no conectan con la cultura y las capacidades adaptativas de la organización. Adicionalmente, la sensibilidad de la estrategia al cambio de contexto y a posibles opciones de futuro define sus posibilidades de éxito en un mundo en cambio vertiginoso.
La fragilidad del presente, la aparición de fenómenos no lineales y en muchos casos incomprensibles son una fuente de ansiedad. El futuro se nos aparece como algo difuso y lleno de incertidumbre. Desarrollar capacidad adaptativa será la única forma de habitar el presente y prosperar en este contexto.
El futuro que los líderes buscan generar requiere que sus equipos estén comprometidos con tomar acción para crearlo. Las personas tomamos acción para cuidar de aquello que nos importa y valoramos, por ello los líderes necesitan integrar la visión de la empresa con las diversas motivaciones en un propósito compartido.
El arte ha sido una herramienta para colonizar el futuro y por lo mismo es un camino a explorar para visualizar los diversos escenarios que podemos enfrentar. Superemos los patrones condicionantes que nos llevan siempre a lugares conocidos.
Para imaginar lo que no existe debemos pensar como artistas.
La humanidad está en un momento histórico y trascendental, los desafíos se aceleran más allá de las fronteras de nuestras organizaciones y comunidades, potenciar las habilidades de aprendizaje y gestión colectiva contribuiría a ser más innovadores, saludables y sostenibles.
Para que otro mundo sea posible, uno en el que deseamos vivir, necesitamos recuperar nuestra capacidad de imaginar. Nuestro poder radica en la habilidad para visionar y soñar colectivamente. Con una nueva perspectiva, estamos invitados a ver más allá de lo aparentemente inmediato y reconocer este nuevo mundo que está emergiendo. Estamos llamados a actuar y darle vida. El futuro es nuestro para darle forma.
El futuro no existe, solo podemos imaginarlo. Dado eso, el futuro no es lineal, existen diversas posibilidades y la que ocurra depende en gran medida de nuestra capacidad de imaginar mejores posibilidades y tomar decisiones en el presente. El futuro está en nuestras manos.
Ser coherentes con el futuro que deseamos requiere claridad sobre nuestras prioridades, los recursos disponibles y lo que aún necesitamos aprender. También implica la habilidad para elegir alianzas y estrategias adecuadas, que nos permitan una comprensión profunda del entorno cambiante, donde la innovación y persistencia crean infinitas posibilidades que maximizan el impacto de nuestras acciones.
Construyo puentes entre personas, organizaciones y comunidades, tejiendo un presente colaborativo y anticipando un futuro más prometedor. Es clave impulsar la integración de diversas habilidades y contextos, fortalecer la capacidad adaptativa y promover una comunicación flexible.
En un mundo cambiante y acelerado, contar con organizaciones con capacidad de generar nuevos vínculos inter e intra equipos de forma permanente, adaptándose a las nuevas realidades que emergen día a día, favorecerá el avance de forma sostenida hacia como organización.