Las estrategias future proof permiten reconocer patrones emergentes y generar la capacidad adaptativa para convivir con ellos.
Dado el contexto de pandemia, durante el 2020 gran parte de las organizaciones se enfocó en gestionar la crisis, asegurar la continuidad operacional y navegar en la incertidumbre, postergando planificaciones estratégicas hasta que se calmara la tormenta. Era lo que había que hacer.
Pero ya ha pasado prácticamente un año, la tormenta no parece amainar. Y las preguntas estratégicas se vuelven cada vez más evidentes: ¿Hacia dónde vamos ahora? ¿Cómo podemos planificar en un ambiente de tanta incertidumbre?
¿Futuro único y lineal?
En los últimos veinte años los horizontes de planificación estratégica se han ido acortando, en la medida en que el ritmo de cambio se acelera: “demasiadas cosas cambiarán en cinco años, por lo que crearemos una estrategia de dos años”.
En consecuencia, este enfoque de business as usual supone que un plan estratégico debe basarse en un pronóstico de un futuro único y lineal. Para ello, extrapola datos históricos, levanta tendencias del presente y asume que las variables de hoy serán relevantes en el futuro.
Esta perspectiva se ha transmitido de generación en generación dado que ha sido efectiva anteriormente y ha encontrado en el orden y en la conexión con el logro una forma estándar de abordar los desafíos organizacionales.
Siguiendo estas formas, se busca dar estabilidad, conducción y claridad frente a lo que viene, pero realmente genera una (falsa) sensación de seguridad, mientras queda ciega ante lo inesperado.
Sin embargo, para navegar estos tiempos volátiles y complejos las organizaciones requieren nuevos enfoques. En este sentido, el diseño de estrategias debe ir mucho más allá del análisis de datos duros. Se debe desarrollar una destreza organizacional para reconocer patrones emergentes y generar capacidad adaptativa para convivir con ellos. De ello se tratan las estrategias
future proof o a prueba de futuro.
Estrategias future proof: escanear 3 señales
Para esto es necesario potenciar una diversidad de perspectivas y crear un sistema que permita escanear señales de cambio desde 3 ángulos:
1. Desde la manifestación
Considera la manifestación cultural, económica, tecnológica, medioambiental y política.
2. Desde el origen
¿Qué cambió desde su origen?,¿qué cambio cultural o de sistema de valores es el generador esta tendencia?
3. Desde su impacto
¿Qué pensamientos, estructuras sociales, servicios o productos podrían surgir?
Estrategias future proof: Un sistema inmune organizacional
Así, esta forma emergente de abordar las estrategias desde el diseño evolutivo de futuros actúa como un sistema inmune organizacional ante los embates del contexto volátil. No predice el el futuro, pero si visualiza cómo, en el momento presente, puedo apalancar e incidir estratégicamente sobre los futuros que más nos atraen y convocan.
Ciertamente, organizaciones como Shell, Intel y Disney, entre otras compañías, aplican esta disciplina para reinventarse constantemente.
Su valor radica en un pensamiento sistémico en el cual el análisis de patrones emergentes se integra en los procesos organizacionales y proporciona vínculos vitales entre ellos.
Por ejemplo, la elaboración de estrategias, la innovación, la gestión de riesgos, los asuntos públicos y el desarrollo del liderazgo.
De esta manera, se rompe el hábito, arraigado en la mayoría, de asumir que el futuro se parecerá mucho al presente. Esta es una de las manifestaciones más claras de estar habitando en patrones culturales ya obsoletos.
Autores: Pablo Reyes y Bárbara Ferrer
Articulo publicado originalmente el Clase ejecutiva UC el 6 de abril del 2021
