el poder del lenguaje para construir otros futuros posibles

¿Independientes?

Una de las grandes sorpresas de la elección de constituyentes recién pasada fue, para muchos, la composición del resultado, donde las fuerzas políticas tradicionales en su conjunto no alcanzan a llegar a dos tercios de la constituyente.

Nuevos actores emergieron del proceso social que hemos estado viviendo hace años, y ahora se visibilizaron. Hay entre ellos los llamados independientes, denominados así porque no pertenecen a los partidos, sino que canalizan una voz ciudadana que hasta ahora no había tenido expresión en el espacio político.

Como definición, independiente es aquella persona que actúa de forma autónoma, según su propia voluntad, una persona que toma sus propias decisiones sin estar sujeta a una autoridad superior. En este caso, no sujeta a los lineamientos y orgánicas de los partidos políticos. Con 48 independientes electos, tenemos prácticamente un tercio de la constituyente bajo el paraguas de la independencia.

La pregunta que surge es: ¿qué tan independientes son los independientes? O, más bien, ¿desde dónde proviene su dependencia? Es muy probable que ninguno tenga relación con partidos políticos o esté supeditado al peso de la maquinaria partidista, pero si entendemos a las personas como seres sociales, nuestra dependencia está construida por un conjunto de ideas y paradigmas que nos han hecho sentido y que buscamos como valor y forma. Podríamos decir que son dependientes de sus creencias y sus compromisos y relaciones.

Si lo miramos desde esa perspectiva, el gran desafío con los independientes  es qué tan disponibles estarán a ser permeados y qué tan rígidas son sus creencias, ya que su comportamiento impactará fuertemente en los posibles acuerdos y en la forma necesaria para propiciar una conversación generativa, desde el entendido que los otros  actuarán alineados con sus partidos de origen.

Lo que se necesita en este momento es, transversalmente, tanto en los independientes como en los “dependientes”, un paso hacia un nuevo  paradigma, el de la interdependencia, una lógica que mira más allá de la voluntad personal, las creencias individuales y las convicciones arraigadas. Personas que comprendan que la complejidad del desafío que estamos abordando debe tener a la vista el conjunto de relaciones recíprocas necesarias para el bien común y la prosocialidad. 

Daniel Fernández y Pablo Reyes 

Publicada el 11 de junio en El Mostrador

Photo by Tegan Mierle on Unsplash

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